Al principio del apocalipsis, Lori - creyendo que su marido había muerto - cogió a Carl y escapó con Shane a Atlanta, contando con el compañero de su esposo para mantenerla a ella y a su hijo a salvo.
Al poco tiempo, Lori y Shane empezaron a tener una aventura, pero cuando Rick reapareció sano y salvo, Lori le puso fin.
Furiosa con Shane por haberle dicho que Rick había fallecido, ella le advirtió que se mantuviera alejado de su familia y aunque Shane prometió marcharse, mantenerlo alejado resultó más duro de lo que había anticipado. Cuando Carl recibió un disparo y Shane se arriesgó para conseguir los suministros quirúrgicos para salvarlo, Lori le imploró a Shane que se quedara y luego se disculpó por la confusión que su amorío había creado.
Para empeorar aún más las cosas, Lori descubrió que estaba embarazada y no supo quien era el padre del bebé que estaba esperando. Aterrorizada de traer un bebé en un mundo tan duro, ingirió píldoras del día después en un acto de desesperación pero rápidamente las vomitó y entonces admitió su infidelidad ante Rick.
A pesar de sus errores, Lori era una madre y esposa fieramente protectora, determinada a mantener a su hijo a salvo y lista para defender a Rick de aquellos que cuestionaban su liderazgo.
Lori a menudo se comportaba como el centro emocional del grupo de supervivientes, luchando siempre por mantener la decencia y los rituales. Según lo que le dijo a Andrea, los proveía estabilidad y construía una forma de vida que valiera la pena vivir.
Pese a haber sido ella quien le advirtió a Rick sobre la volatilidad de Shane, Lori se horrorizó cuando Rick confesó haberlo asesinado y más aún al enterarse que Carl también había tenido participación en el asunto. Lori se alejó con furia de su marido y esto marcó el fin de su matrimonio.
Lori intentó remediar su tensa relación con Rick en los meses siguientes, pero Rick se opuso. Carl, también, se colocó del lado de su padre contra Lori y la maltrató por siempre estarse preocupando por él cuando andaba solo.
Cuando se produjo un ataque de caminantes en la prisión donde los supervivientes habían guardado refugio, Lori entró en labor de parto y comenzó a desangrarse. Para salvar al bebé, ella le ordenó a Maggie hacerle un corte en el vientre, consciente del riesgo que implicaba para su propia vida. Antes de morir, Lori le dijo adiós a Carl con lágrimas en los ojos y le hizo prometer que no dejaría que el mundo lo echara a perder.
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