Morgan Jones:

Morgan Jones es un superviviente del apocalípsis zombie al que Rick Grimes conoció al poco tiempo de despertar de su coma en el hospital de King County. Después de que su esposa fuera mordida por un caminante mientras se dirigían a Atlanta, Morgan y su hijo Duane quedaron varados en King County y se instalaron en una casa abandonada.

Habiendo salvado a Rick después de encontrarlo deambulando desprevenido por las calles del vecindario, Morgan le reveló todo lo que necesitaba saber sobre los muertos vivientes y se ganó su gratitud eterna. Rick y Morgan eventualmente debieron separarse, pero prometieron volver a reunirse en Atlanta después de Duane aprendiese a disparar. Aunque Rick intentó varias veces contactar a Morgan a través del walkie-talkie, primero instruyéndolo para que se dirija al CDCE y, luego, advirtiéndole que se mantenga alejado de la ciudad, sus transmisiones nunca fueron respondidas.

Meses después, cuando Rick, Carl y Michonne regresaron al pueblo para buscar armas, encontraron que Morgan había minado de trampas las calles y se había encerrado en un apartamento tras volverse mentalmente inestable debido a la muerte de Duane a manos de su zombificada esposa, a quien él no había sido capaz de aniquilar cuando fue debido. Aunque Rick invitó a Morgan a unirse a ellos en la prisión, Morgan se rehusó y permaneció en King County para tratar de redimirse matando a tantos caminantes como le fuera posible. Esto no sucedió, y en cambio Morgan decayó cada vez más mentalmente, y al final abandonó King County.

Comenzó a asesinar personas de manera despiadada y se agravó su necesidad de "Limpiar" todo sitio en que estaba. Sin embargo, logró recuperarse, y pudo volver a la normalidad. Un rehabilitado Morgan comenzó a seguir el rastro de Términus, y posteriormente se enteró que Rick Grimes estaba en Washington, D.C, por lo que se dirigió allí. Acabó formando parte de la comunidad de Rick, reencontrándose con él una vez más y mostrándose mucho más estable. Su salvación: Encontrarse, justo después de abandonar King County, con alguien llamado Eastman, un maestro quesero, quien lo quebró emocionalmente y luego lo instruyó en Aikido, y le inculcó la idea de que toda vida es preciosa, y ya no debía matar a nadie más.

Morgan demostró ser alguien que podría ser tanto útil como peligroso. Sus habilidades e inteligencia destacaban, pero su incapacidad de matar perjudicó en ocasiones al grupo. No obstante, tuvo que aceptar que a veces es necesario, y finalmente encontró el equilibrio.